El origen de Hombres Bisagra parte de una propuesta de Baltasar Patiño al percusionista Nacho Sanz para trabajar juntos, hace ahora cuatro años. Una propuesta escénica híbrida que se acerca más a la idea de concierto que a la de representación teatral. El espacio sonoro y las atmósferas de luz son las que sugieren, evocan y producen situaciones, compartiendo la escena con la presencia de los cuerpos. Cuatro hombres en el escenario, en un espacio cambiante, transformado continuamente por la mezcla y las conexiones entre lo que se es y lo que se escucha, entre lo que se percibe y lo que pasa inadvertido. La música y el ambiente de sonido están generados en directo por una colección de sintetizadores históricos de la primera época de la composición de la música electrónica. La bisagra, por definición, sirve de punto de unión y al mismo tiempo permite la articulación: el movimiento, la apertura, lo transitar. Y posibilita desmontar cosas y montarlas.