“Nos queda la palabra”. La historia ocurre ente el discurso del Príncipe Alberto de Wembley en 1925 y el discurso de Él mismo, ya como Rey Jorge VI en 1939, para comunicar que la guerra con Alemania había sido declarada. La voz, la palabra, la elocuencia, el poder de la voz, de la palabra. Un hombre sin palabra es un hombre sin poder. 1925-1939. para gran Bretaña las heridas de la gran Guerra aun no están cerradas, el antes imbatible Imperio Británico evidencia ahora señales de fragilidad y colapso. Económicamente ha perdido la hegemonía frente a EEUU y la sociedad aun llora a toda una generación destruida por la guerra. La profunda crisis económica, el ascenso del Nazismo en Alemania, con sus políticas expansionistas, ponen en peligro el frágil equilibrio europeo. La “paz” de Versalles es un espejismo y cada vez son más los que se preparan para una inminente guerra en Europa. El reciente conflicto en España ha sido solo un aviso de lo que va a suceder y a pese los esfuerzos del Gobierno Británico la escalada bélica no podrá ser detenida. Ante estos hechos alarmantes todos los ojos miran hacia el Rey Jorge VI, la cabeza de la iglesia y el estado ingles. Un líder que deberá jugar un papel esencial en la historia de Europa y conducir a su pueblo hacia uno de los momentos más cruciales del siglo XX.