Esta obra empezó siendo una obra sobre el dolor. El dolor en mi casa, en mi infancia, la violencia en mi familia. Poco a poco meses mi hermana cayó. Viajé a Buenos Aires para apoyarla y tuve una crisis que me obligó a parar. Me reencontré con mis hermanas, con mi madre, con mi padre, con mis amigos y con la mujer con la que compartí tantos años de mi vida. Ella me apretó la tarde en la que caí al suelo. Reconocí mi propia fragilidad y al cantar al lado de mi abuela y mi madre, supe que ya no llegaba con denunciar lo que había pasado. Que sin amor nada tenía sentido. Por eso esta es, antes que nada, una obra sobre el amor (esa palabra en la que casi no había pensado). Esta obra la escribí a un lado de mi familia, con sus palabras y sus silencios. Hubo veces en las que sentí que no había sentido seguir. Entonces mi hermana Clara hizo que había sido un canto.