CONTEXTO SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO Apenas veintiún años contaba Shakespeare cuando, seguramente por encargo y para amenizar los festejos de una boda ilustre, escribió Sueño de una noche de verano (1595 ó 1596). A partir de referencias de la tragedia y comedias grecolatina -Plutarco, Ovidio, Apuleyo- y otras influencias -los cuentos de Canterbury de Chaucer, el folklore popular y los mitos celtas de la Inglaterra isabelina Shakespeare- construyó una obra infinita y magistral que conjuga distintos mundos –mágicos, mitológicos y terrenales- creando una historia única, extraordinaria e imperecedera. La obra está compuesta por 5 actos en los que conviven distintas tramas: la inminente boda de los duques Teseo e Hipólita, los conflictos de los jóvenes amantes Hermia- Lisandro, Elena - Demetrio, la disputa entre Titania y Oberón en el Reino de las Hadas y los artesanos/actores que tratan de sacar adelante una representación teatral sobre el legendario mito de Píramo y Tisbe. Los distintos argumentos confluyen en un ensoñado bosque una noche de verano donde el duende Puck provocará toda clase de encuentros, desencuentros y equívocos amorosos. Sin embargo, bajo la apariencia de una comedia, la historia penetra hasta lo más profundo de las pasiones humanas difuminando los límites entre sueño, realidad, magia y deseo.