En una hermosa casa de campo, la apacible vida de Vania y de su sobrina Sonia se ve perturbada por la presencia de un viejo profesor y de su joven esposa, Elena, que incita la pasión de Vania y la del Doctor Astrov, del que Sonia está secretamente enamorada. En El Tío Vania, el alma humana queda reflejada en todos sus matices: imaginación, esperanza, sueños perdidos, frustración y la búsqueda del sentido de la vida. En nuestra versión, no habrá vestimentas teatrales, ni ritmos bucólicos en fríos salones, ni trastos que denoten el tiempo campestre. La acción se desarrollará en una vieja y sencilla escenografía. Una mesa, dos sillas y una botella. Quitando elementos hasta llegar a la expresión mínima, adecuada para los actores. Espía a una mujer que se mata, versión de Tío Vania, acaba sedimentando algunas cuestiones de orden universal: el alcohol, el amor por la naturaleza, los animales toscos y la búsqueda de la verdad a través del arte. Dios, Stanislavski y Genet, desvencijados.