Es un honor que Helena Pimenta me haya llamado para dirigir un espectáculo en la última temporada que ella firma como directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Creo que Helena ha hecho una labor fabulosa en estos años al frente de la institución y no se me ocurre mejor aportación a esta celebración que una luminosa comedia de Calderón. Alegría sobre alegría es que la compañía que voy a dirigir sea La Joven, es decir, que voy a estar rodeado de actores que rebosan talento, conocimiento de la materia que manejamos, disciplina, rigor, energía y juventud. La señora y la criada parece ser la propia reescritura de Calderón sobre otra obra suya, El acaso y el error. Enredos, confusiones, padres que quieren casar a sus hijos con quienes ellos no quieren, criados espabilados y otros medio tontos… Nada nuevo, si acaso, el verso de Calderón que a fuerza de leerlo se me antoja cada vez más deslumbrante. Mi único propósito es poner en pie este divertimento y que ustedes tengan que repasarlo en casa porque las innumerables risas les hayan impedido escuchar algún verso. Miguel del Arco Dirección