ESTRENO NACIONAL Todo depende de la perspectiva: transcurre el tiempo y donde unos ven un camino acelerado hacia el inevitable final, otros se empeñan en no dejarse vencer a pesar de las derrotas que se acumulan. Dos enfoques, dos formas de enfrentar el paso de los años. En torno a esta dualidad se desarrolla Linda Vista, donde su protagonista, Wheeler, acaricia la idea de volver a poner a cero el reloj y transformar un trayecto de frustraciones en una nueva oportunidad de retomar viejos sueños. Sin embargo, no cuenta con que en ese viaje tendrá su particular descenso a los infiernos que le obligará a enfrentarse a sus verdaderos deseos. Wheeler, como tantos, se hace las inevitables preguntas: ¿en qué momento se fastidió todo? ¿es posible, todavía, salvar algo del naufragio? Puede que no se trate tanto de averiguar las respuestas como de encontrar el resorte que pueda poner en marcha de nuevo un enmohecido mecanismo de resistencia. La obstinación es sin duda un acto de rebeldía, pero es también, a veces, una forma de victoria. Wheeler tiene 50 años. Recién divorciado y con un trabajo puramente alimenticio, los mejores años de su vida pertenecen ya al pasado. Tras mudarse a un apartamento en la urbanización Linda Vista un nuevo mundo de posibilidades para el amor y el sexo se abren ante él, todas llenas de humor aunque complicadas y dolorosas. En esta nueva etapa, Wheeler deberá reconciliar el hombre en el que se ha convertido con el hombre que quiere ser.