En el interior de la residencia de verano de los Tyrone, un padre, una madre y sus dos hijos disfrutan de una luminosa mañana de agosto en familia. Pero las risas y los abrazos en seguida dejan paso a los reproches y a los enfados. La familia esconde más tristezas que alegrías, más rencor que amor. El pasado atormenta, el presente se derriba, y el futuro es imposible. Se quieren y se odian, se apoyan y se desprecian, se unen y se separan. Todos silencian palabras. Todos esconden sentimientos. Todos omiten verdades. Así, mientras James miente a Mary sobre la gravedad de la enfermedad de Edmund, Mary le oculta su recaída en su adicción a la morfina. Al tiempo, James, ingenuamente, disimula ante sus hijos la naturaleza del mal hábito retomado por su esposa. A Edmund se le intenta minimizar el estado de su grave enfermedad. Jamie disfraza bajo una capa de cinismo su resentimiento. Edmund intenta evitar que se sepa el que le sucede a su madre... Segundo transcurre el día, y con la niebla y el sonido de una sirena de fondo, la familia se desnuda, se descubre y se desploma en un espacio asfixiante. La alegre y brillante luz de la mañana da paso a la suave penumbra de la tarde y, al final, la oscuridad de la noche desenmascara a los personajes mostrando sus diablos y debilidades..
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