Café La Tranquilidad, Avenida del Paralelo, Barcelona, años 20 del siglo pasado. Un mendigo se acerca a una mesa y pide una moneda a un hombre. Este saca una pistola de su chaqueta, se la pone en la mano al mendigo y le dice: “Ve a un banco y coge lo que necesites. Es tuyo”. Comienza la música. Así arranca este relato, que retrocederá al último tercio del siglo XIX, a la creación del movimiento obrero, e irá avanzando, a través de las luchas en el campo y en la ciudad, hacia los años 30 del siglo XX, el momento de máxima efervescencia social, el exterminio de la guerra y la guerra después de la guerra, las primeras grietas en el silencio a finales de los 50, la inmensa ola del anti franquismo, el fin de la dictadura y de la movilización social que había terminado con ella, la victoria del partido socialista, el fin del movimiento obrero, “las cuatro mejores décadas de nuestra historia”, y de nuevo, las luchas de siempre pero ahora en un mundo distinto, postindustrial, tecnológico. Todo a través de personajes históricos pero también a través de una serie de personajes anónimos, inventados, cercanísimos. Nuestros abuelos, padres, nosotros mismos. Buscando una casita, una tierrita, un trozo de pan, una inversión millonaria, poder dormir al acostarse, exhaustos. Y todo en un formato de comedia musical. El café La Tranquilidad se convertirá en un olivar extremeño, un callejón de Lavapiés, el Congreso de los Diputados, una oficina de tele asistencia, el saloncito de un piso en Sanchinarro… Allí se cantarán discursos y diálogos y nos reiremos juntos. Nuestras risas serán balas que al acertar no matan. Dan vida.