Diversas personas bajo lo mismo techo ilegal: una que trabajaba en una empresa de desahucio, otra que tiene un hospital de objetos perdidos para la sociedad, una pintora amadora idealista que cree en el decrecimiento, una doutoranda que debe acabar su tesis sin un perro, una que escribe desde la atalaya de la cultura que nadie comprende...
Todas se juntan en una casa abandonada cerca del parque del crepúsculo, al lado del cementerio. El que hacen no es legal, okupar la casa, y, al tiempo, es de justicia para sus vidas y su manera de pensar.
El moral va contra lo legal. Conoceremos sus ansias, su intento por vivir de otra manera en una sociedad en peligro de alienación.
Iremos descubriendo como su pasado las fue llevando a ser okupas y como luchan, cada una a su imagen y semejanza, por tener algo a lo que poder llamar futuro.
El que se pretende mostrar es sencillo: otras maneras de vivir son posibles.
Cuando todo parece llevarnos a la distopía, es hora de volver a buscar la utopía.