Oceanía es el testamento artístico y vital de Gerardo Vera.
Es el último proyecto que parió antes de que el coronavirus se lo llevara prematuramente, y sin duda el más ilusionante de los miles de trabajos realizados a lo largo de su medio siglo de carrera en pantallas y escenarios.
Oceanía es el recuerdo de una vida apasionante. Es el retrato de un país y de una época.
Es la mirada otoñal de un hombre excepcional que un buen día sintió la necesidad de poner negro sobre blanco la historia de su vida. Cientos de páginas en las que plasmó sin pudor una realidad tamizada por el velo del recuerdo: su infancia privilegiada, la dolorosa ruina de su familia, el nacimiento de su eterno amor por el cine, el descubrimiento del amor, el desgarro del desamor, el compromiso político, el odio al padre, la reconciliación a través de la compasión. Y el germen del teatro, su verdadera pasión que le acompañó hasta sus últimos días.
Oceanía es el resultado de la destilación de esas páginas en forma de monólogo.