"Mi antiguo amo acostumbraba a decir que todo el bueno o malo que nos pasa aquí abajo estaba escrito allá arriba" Denis Diderot Jacques y su amo caminan hacia el lugar más próximo, como hace todo el mundo. Para entretener el camino, Jacques el fatalista y su amo se cuentan historias, hablan de la vida y acaban por hablar del amor, como hace casi todo mundo. Aprovechando que no hay mujeres se permiten decir cosas de las mujeres que no se atreverían a decir si hubiera mujeres delante. Como hacen algunos hombres. Bastantes. Este paraíso masculino "se estropeará" cuando aparece en escena la Posader, o cuando Jacques y el otro llegan a la posada de ella. La Posadera es tan habladora como Jacques y cuenta cuentos, habla de las cosas de la vida y emite asombrosas opiniones sobre las mujeres y los hombres sin importarle mucho ser escuchada por tres hombres. Sí, tres, porque además de Jacques y su amo también escucha, atentísimo y calado como un bolsillo, el marido de la Posadera. Estos cuentos, interrumpidos constantemente por los otros, como acontece en las mejores conversas, intentan buscar la diferencia entre el enamoramiento y la seducción, entre el sentimiento y el instinto, entre la pasión y la violencia, entre el engaño y el ingenio, entre el insulto y la libertad de expresión, entre el nefasto pecado del adulterio y la libre circulación de fluidos...en definitiva, sobre los amores. También se tratarán temas importantes como la dominación de clase, la prostitución, la amistad, el robo, el coraje, la poesía y el tabaco.